Abril-22-2022
Fomentar el diálogo social para una cultura de seguridad y salud.
Alrededor de 2.9 millones de trabajadores mueren cada año debido a accidentes y enfermedades profesionales y al menos 402 millones de personas sufren lesiones profesionales no mortales.
Las estimaciones conjuntas de la OMS y la OIT determinaron que las enfermedades profesionales causan el 81% de todas las muertes relacionadas con el trabajo, en comparación con las muertes debidas a accidentes del trabajo, que representan el 19%. El factor de riesgo profesional al que se atribuye un mayor número de muertes es la exposición a largas jornadas de trabajo (que provocaron 745,000 muertes), seguido de la exposición a partículas, gases y humos, que provocó 450,000 muertes.
Además, se calcula que los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales determinan en parte la pérdida del 5.4% del producto interior bruto mundial anual.
Más de 300 millones de trabajadores entrevistados en 142 países, consideran que no pueden informar de los problemas de seguridad a sus empleadores sin temor a sufrir represalias. Esta ausencia de debate supone un grave riesgo para la seguridad y salud en el lugar de trabajo. Por otro lado, los lugares de trabajo con mayor compromiso de los trabajadores reportaron un 64% menos de incidentes de seguridad y un 58% menos de hospitalizaciones (Harter et al., 2020). Otorgar la debida prioridad a la prevención de los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales y realizar las inversiones adecuadas en seguridad y salud en el trabajo (SST) ayuda a la sostenibilidad de las economías, garantizando así una mano de obra sana y apoyando a las empresas productivas.
Para ello, es esencial crear una cultura de prevención en materia de seguridad y salud, tal y como se define en el Convenio sobre el marco promocional para la seguridad y salud en el trabajo, 2006 (núm. 187): “una cultura en la que el derecho a un medio ambiente de trabajo seguro y saludable se respeta en todos los niveles, en la que el gobierno, los empleadores y los trabajadores participan activamente en iniciativas destinadas a asegurar un medio ambiente de trabajo seguro y saludable mediante un sistema de derechos, responsabilidades y deberes bien definidos, y en la que se concede la máxima prioridad al principio de prevención”.
La integración de los Sistemas de Gestión de Seguridad Ocupacional e Higiene en la estructura de gestión general de la empresa es clave para controlar el riesgo y reducir los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales, ya que promueve un enfoque preventivo y proactivo de la SST, basado en la mejora continua. Todas las medidas aplicadas con este enfoque contribuyen no sólo a mejorar los resultados en materia de SST, sino también otros aspectos que reflejan la productividad de la empresa.
Sin embargo, para garantizar su eficacia, la aplicación de un sistema de gestión debe ir respaldada por una cultura positiva en materia de SST, en la que el derecho a un entorno de trabajo seguro y saludable sea valorado y promovido tanto por la dirección como por los trabajadores. Esta cultura se basa en el principio de inclusión, según el cual todas las partes participan de forma significativa en la mejora continua de las condiciones de SST.
En un lugar de trabajo con una cultura de SST sólida y positiva, los trabajadores se sienten cómodos planteando sus preocupaciones sobre posibles riesgos o peligros para la SST, y la dirección colabora activamente con los trabajadores para encontrar soluciones adecuadas, eficaces y sostenibles. Para ello es necesario establecer una comunicación abierta y un diálogo basado en la confianza y el respeto mutuos.
Datos recientes respaldan el impacto positivo del establecimiento de una cultura colaborativa de SST en el lugar de trabajo, en términos de reducción de los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. Según la Lloyd’s Register Foundation World Risk Poll, la probabilidad de que los trabajadores sufran una lesión grave en el trabajo guarda una estrecha relación con el hecho de que, a su juicio, no pueden informar libremente de los problemas de seguridad a sus empleadores.
Por el contrario, los lugares de trabajo donde se han suscrito acuerdos para garantizar la participación de los trabajadores revelan mejores prácticas de gestión de la SST, un mejor rendimiento de la SST, una reducción de bby los índices de accidentes del trabajo y lesiones profesionales y, en última instancia, una mayor productividad.
Marzo-30-2022
Día Mundial de la Salud
Se estima que cada año enferman en el mundo unos 600 millones de personas —casi 1 de cada 10 habitantes—por ingerir alimentos contaminados, lo que entraña una carga anual mundial de 33 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD) y 420 000 muertes.
Los países de ingreso bajo y mediano son los más afectados, con un costo anual estimado en US$ 110,000 millones por pérdidas en productividad y costos de tratamientos médicos debidos al consumo de alimentos insalubres.
Teniendo en cuenta las experiencias pasadas, las tendencias actuales y las necesidades futuras en materia de inocuidad de los alimentos y salud pública, en la resolución WHA73.5 sobre medidas para reforzar la inocuidad de los alimentos, adoptada por la 73.ª Asamblea Mundial de la Salud en 2020, se instaba a los Estados Miembros a mantener el compromiso al más alto nivel político de: considerar la inocuidad de los alimentos un elemento esencial de la salud pública; elaborar políticas de inocuidad de los alimentos en las que se tenga en cuenta, en todas las etapas de la cadena de suministro, los mejores consejos y pruebas científicos, así como la innovación; proporcionar recursos adecuados para mejorar los sistemas nacionales de inocuidad de los alimentos; adoptar medidas coherentes en todos los sectores pertinentes con el fin de promover la inocuidad de los alimentos, reconociendo a la vez los intereses de los consumidores; e incorporar la cuestión de la inocuidad de los alimentos en las políticas nacionales y regionales de salud, agricultura y ganadería, comercio, medio ambiente y desarrollo.
La estrategia actualizada se sustenta en un marco de rendición de cuentas para medir la tasa de ejecución. En la estrategia actualizada se alienta a los Estados miembros a seleccionar indicadores y establecer metas a nivel nacional para evaluar la eficacia e idoneidad de los sistemas nacionales de inocuidad de los alimentos en la consecución de los objetivos de proteger la salud de los consumidores y garantizar prácticas justas en el comercio de alimentos. También se establece un mecanismo mundial para medir los progresos de la estrategia mediante un conjunto de indicadores y metas mundiales. La versión actualizada de la estrategia contiene tres indicadores mundiales:
- Una reducción del 40% en la incidencia de las enfermedades diarreicas de transmisión alimentaria por 100 000 habitantes;
- Una puntuación de 3,5 o superior (siendo 5 la puntuación máxima) en la capacidad media mundial del sistema de vigilancia nacional de las enfermedades de transmisión alimentaria y la contaminación de alimentos en el marco de la evaluación externa conjunta;
- Una puntuación de 4 o 5 en la colaboración multisectorial en los eventos relacionados con la inocuidad de los alimentos en el marco de la autoevaluación para la presentación anual de informes de los Estados Partes.
Cinco prioridades estratégicas para acelerar las iniciativas mundiales en materia de inocuidad de los alimentos.
El proyecto de estrategia identificó cinco prioridades estratégicas interrelacionadas y sinérgicas con sus respectivos objetivos estratégicos. La estrategia se orienta al establecimiento de sistemas de inocuidad de los alimentos que sean pioneros, basados en pruebas científicas, centrados en la persona y costo eficaces, con mecanismos de gobernanza coordinados e infraestructuras adecuadas.
- Fortalecer los sistemas nacionales de control de los alimentos.
- Identificar los desafíos para la inocuidad de los alimentos a raíz de los cambios mundiales y la transformación de los sistemas alimentarios, y darles respuesta.
- Mejorar el uso de la información sobre la cadena alimentaria, las pruebas científicas y la evaluación de riesgos en los procesos decisorios relativos a la gestión de riesgos.
- Fortalecer el compromiso de las partes interesadas y la comunicación de riesgos.
- Promover la inocuidad de los alimentos como un componente esencial del comercio de alimentos a escala nacional, regional e internacional.
Marzo-10-2022
¿Certificaciones de sistemas de gestión de seguridad alimentaria, qué beneficios aporta mi empresa?
Muchas veces, los microempresarios en alimentos se enfrentan a un mercado competido. Y cuando llegan con un cliente importante o una cadena de autoservicios que puede impulsar su negocio, se les condiciona a cumplir ciertos requerimientos de seguridad alimentaria, e, inclusive, se les solicita que se certifiquen en algún sistema de gestión de seguridad alimentaria. Pero, ¿qué es eso? La mayoría de las personas que realizan las negociaciones son también los dueños de las empresas, y, aparte de lidiar con los problemas del día a día, también deben cumplir con los requerimientos de los clientes, la mayoría de las veces sin saber a qué se están refiriendo.
Una de las ventajas de implementar un sistema de gestión de seguridad alimentaria certificable es que hay un tercero que evalúa el cumplimiento y da fe de que se cumplen con los requisitos. No solamente es la palabra de la empresa, y eso genera confianza entre los clientes, actuales y potenciales.
Otra ventaja es el orden y estandarización en los procesos y operaciones de la empresa, asegurando que los resultados son reproducibles y que la seguridad del alimento es una prioridad dentro de la organización.
Finalmente, cumplimiento legal y reglamentario.
Existe una gran cantidad de empresas que no están al tanto de la normativa que el gobierno del país le requiere para elaborar alimentos seguros.
Aunque muchos pueden pensar que es un gasto, la estandarización de los procesos y cumplimiento legal favorecen la mejora continua de la operación, costos y rendimientos.